Escondidas en el vasto valle de Moche, en el norte de Perú, se encuentran dos destacadas estructuras preincaicas que se extienden por más de 60 hectáreas. Dos construcciones que representaron el poder político y religioso de la cultura Moche, la mayor civilización de Trujillo.
Si has seguido nuestra guía de viaje de Trujillo, seguramente habrás leído sobre el poderoso pueblo moche, una cultura que se originó en el siglo I pero que desapareció misteriosamente en torno al siglo IX.
Los Moche son una de las civilizaciones más importantes de la historia del Perú, caracterizada por su expresión cultural, su arquitectura de adobe, así como sus trabajos metalúrgicos y de alfarería. Además, fueron pioneros en ingeniería hidráulica, logrando solucionar la sequía de agua en las zonas más áridas de su territorio.
La Huaca del Sol y la Luna son sin duda las estructuras más impresionantes construidas por los Moche, destacando por las bellas obras de arte de sus paredes y su enorme extensión.
El yacimiento fue descubierto hace unos 28 años, por lo que aún queda mucho por conocer y descubrir sobre estas antiguas pirámides. Sin embargo, aquí hemos reunido todo lo que sabemos hasta ahora sobre la Huaca del Sol y la Huaca de la Luna.
Es el templo más grande del complejo arqueológico ya que está compuesto por 5 terrazas y tiene una altura de 45 metros, presumiblemente la estructura precolombina más alta del Perú y quizás de América Latina.
Lamentablemente, no hay mucha información sobre este sitio ya que fue severamente destruido por los españoles durante el proceso de colonización. Los conquistadores lograron cambiar el curso del río con el propósito de dividir el sitio en dos, pero terminaron llevándose una tercera parte de la Huaca.
Se calcula que se utilizaron más de 130 millones de ladrillos de adobe en la construcción de este centro administrativo. Sin embargo, no se ha encontrado ningún tesoro en el lugar, aunque no se han realizado muchos trabajos arqueológicos por falta de presupuesto.
Es la Huaca más importante dentro del complejo arqueológico ya que guarda en su interior la expresión cultural de los Moche. El sitio está compuesto por varios templos superpuestos, cada uno construido en diferentes períodos.
Se sabe que la Huaca de la Luna fue un lugar de culto pero también encierra un pasado tenebroso ya que en su interior se encontraron los restos de 40 guerreros sacrificados.
Según los historiadores, los moche solían celebrar este tipo de ceremonias de "lucha", en las que el perdedor era sacrificado y su cabeza se ofrecía a Ai Apaec (El Dios Decapitador).
La Huaca de la Luna alberga una variedad de murales, pintados con colores blancos, negros, rojos, azules y amarillos, que se obtenían de diferentes minerales. Estas pinturas representarían a su deidad principal "El Dios Decapitador" y algunas otras costumbres de esta antigua sociedad.
La fachada está decorada con figuras en relieve que representan cóndores, zorros con cabeza de trofeo, pescadores, serpientes, cangrejos y sacerdotes. Cada figura está relacionada con el culto al agua y la fertilidad agrícola.
La cultura moche es una de las sociedades más importantes del antiguo Perú. Su imperio se extendió por la costa peruana entre los siglos II y V.
El pueblo moche fue reconocido por haber desarrollado un amplio conocimiento agrícola y de ingeniería, pero también por ser los mejores metalúrgicos de su época en América.
También se les considera los más grandes alfareros del antiguo Perú, gracias a su fino y bien elaborado trabajo. Solían representar hombres, animales, deidades y actividades ceremoniales en pinturas y esculturas con una expresividad y realismo característicos.
Esta sociedad también era conocida por ser grandes navegantes, ya que construyeron "Caballitos de Totora", una embarcación de caña de totora utilizada por los pescadores de la época, pero también para navegar hasta las costas ecuatorianas.
Los Moche tenían un sistema político jerárquico, se organizaban en reinos o señoríos confederados, hecho que se descubrió gracias a los hallazgos de las tumbas intactas del Señor de Sipán y la Dama de Cao.
Las Huacas del Sol y de la Luna se encuentran a 8 horas de Lima, pero a tan sólo 25 minutos de Trujillo. Puede combinar la visita a este sitio arqueológico con la visita a la Huaca Arcoíris, el Museo Chan Chan y el Palacio Tschudi.
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